La Asociación Buxus denuncia que las presiones de los
colectivos de cazadores y grandes propietarios paraliza la declaración del
Parque.
Tras más de dos
años de gestiones, recogidas de firmas, charlas informativas y campañas de
difusión la propuesta de Parque de Sierra de Lújar permanece paralizada.
Las presiones de
los colectivos locales de cazadores y propietarios unidas al temor de los
alcaldes y alcaldesas de los municipios afectados a que esta oposición pueda
significarle una sangría de votos en las próximas elecciones municipales, hace
que los ayuntamientos de los municipios directamente afectados mantengan
posiciones muy divergentes.
Así, municipios
como Gualchos-Castell de Ferro, Motril o Torvizcón se han pronunciado a favor
conscientes de que esta figura es un reclamo turístico de primer orden y que
posibilitará la llegada de ayudas que, aunque escasas, siempre serán
bienvenidas. A esto se suma la certeza del valor añadido que para cualquier
producto local tendría poder contar con la denominación la marca
Parque Natural, por lo que no es de extrañar que hayan sido las empresas
de servicios turísticos, alojamientos rurales y colectivos ciudadanos los que
más fervientemente hayan apoyado su declaración.
De otro lado se
encuentran los municipios que portan mayor territorio al parque. Mientras que
Órgiva y Vélez de Benaudalla mantienen un silencio ambiguo, Lújar se ha
posicionado claramente en contra, aunque en privado sus dirigentes muestran una
actitud más favorable. En estos municipios el peso de los colectivos de
cazadores, que se han declarado beligerantes contra la propuesta, se suma a la
de algunos grandes propietarios con gran influencia sobre las autoridades
municipales.
Desde la Asociación
Buxus no dejan de denunciar, no obstante, las contradicciones en estos casos:
mientras se niega la figura de parque, los ayuntamientos piden y consiguen
subvenciones para la construcción de centros de interpretación, museos o cursos
de formación de guías turísticos de la naturaleza, un contrasentido que,
denuncian, demuestra hasta que punto llega la improvisación en la gestión del
patrimonio natural y de los recursos económicos públicos.
Mientras esta
situación continua las oportunidades se pierden. A juicio de los
conservacionistas se está dejando escapar una oportunidad única en un periodo
de crisis como el actual donde esta
marca de calidad podría estar revirtiendo sobre los ciudadanos.
Tampoco queda fuera
de sus críticas la actitud de la Junta de Andalucía, que desde el primer
momento se ha declarado imparcial en un juego que según la Asociación Buxus
debiera estar jugando en primera persona, ya que se trata de proteger valores
ambientes, culturales y paisajísticos irremplazables.
No obstante la
Asociación no pierde la esperanza y seguirá batallando por esta propuesta.
Entre las acciones inmediatas se encuentra la realización de un audiovisual
sobre la propuesta y trasladar la batalla legal al ámbito de la Unión Europea.
“Quizás desde lejos los árboles permitan ver el bosque”, han manifestado.